miércoles, 20 de mayo de 2009

Pequeño dato.




Verás, mi querido lector...

Tal vez esté loca, no lo sé. No lo cuestiono…
Tal vez esté obsesionada con algo sin sentido.
Tal vez sólo mi ánimo esté algo ‘alterado’… no lo sé.

Cuando pensé en el suicidio por primera vez, lo recuerdo bastante bien. Desde esa vez, lo tomé como una opción posible, para una solución quizás… eran ellos/él o yo.
Recuerdo con claridad mi pasado. Cuando apareció esa inocente idea en mi mente, era muy pequeña – entenderán que no era igual a los demás –
Era muy distinta a todos, y aunque tratara de parecerme a los demás, yo no seguía sus mismos pasos... no bailaba al mismo ritmo. Era sólo una niña perdida entre mucha gente.
Estar sola en ese mundo era muy inquietante, sobre todo si tenía que actuar como si nada pasara.

Es absurdo lo que lees y sé lo que estás pensando…
Que alguien a esa edad pensara tales cosas es bastante extraño.
Pero, ¿Qué podría hacer yo? , ¿Qué podrían hacer ellos al respecto?.. sí, la respuesta es; NADA. Absolutamente NADA.
Por que claro, nadie se daba cuenta de lo que pasaba conmigo, o eso creo.
Bueno, si alguien se hubiese dado cuenta, no hubiese podido hacer nada, aunque quisiera.

Te preguntarás en éste minuto; ¿Por qué?, la respuesta es: yo jamás dejé que alguien entrara en mi mundo… ¡No me interesaba en absoluto sus consejos!
Además, hablar esas cosas con personas entre seis a ocho años de edad era como hablar con la pared misma.

Te preguntarás también; Por qué escribo esto, y más aún, por qué lo publico en éste pequeño espacio.
Pues, sólo por gusto, o quizás no.
Quiero que te hagas una imagen de mí, o no… es sólo ficción. No, eso si que no.

Querido… jamás me entenderías.