sábado, 16 de julio de 2011

Debilidad




Tengo tantas tantas lágrimas

que podría quitarles la sed a los niños en África.

Mi desconfianza es suficiente, suficiente

como para no entregarme por completo,

me puse el parche antes de la herida,

pero sigue sangrando,

se infecta, lentamente y a veces hasta me habla.

No puedo, me repito no puedo.

Me duele, me duele.

Sólo me habla la herida, me habla en su lenguaje cárdeno,

me susurra que me desprenda, que escape

que es hora, que después se me caerá el mundo a pedazos,

no lo podríamos resistir.

Y mi perfume no es suficiente como para detener el mundo,

sentirme importante, mis palabras no son indispensables,

valgo menos que ficha de juegos.

Y no logro sentir el calor, ése del que tantos hablan,

mis entrañas se enfrían y se cobijan en la bilis negra.

Y quizás no estoy preparada, nunca lo estuve,

no salí, me he quedado hundida desde siempre.

Sólo exploré la ilusión por minutos,

pero no logró penetrar en mí,

romper el hielo en mi pecho.

Cargo el corazón en la mano,

escurriéndose la sangre entre mis dedos

y las uñas amarillentas, el vacío, la falta de amor."


Créditos:

Nicand Amapola. 


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